viernes, 16 de agosto de 2013

Una vez un gran hombre dijo…



 El patio de la antigua residencia (1914)

Cuando queremos ponernos muy fufurufos, y deseamos darnos caché al momento de presentar alguna idea, hay veces en las que no confiamos en nuestras palabras, motivos o ideas, por lo que presentamos las de alguien más. Nosotros, simples mortales, sólo podemos soñar a acceder a la iluminación alcanzada por las grandes figuras de la historia, por lo que debemos tomar prestadas las palabras de alguien mejor que nosotros para transmitir un sentimiento, hacer partícipe a las personas de nuestros proyectos, o ponerlos en perspectiva respecto a ciertos temas. Lennon, Einstein o Gandhi son nombres que salen a colación cuando deseamos inspirar un cambio en el mundo… El detalle es que…


Y que no se me malinterprete. No, no, no. No estoy buscando desprestigiar a estos individuos, así como tampoco busco menospreciar su obra. Mucho menos estoy diciendo que sus contribuciones al mundo no sean valiosas o no hayan hecho de este punto azul un lugar mejor. Lo que estoy diciendo, es que estas personas eran HUMANAS. Con sus fallas, sus vicios, y sus visiones particulares del mundo.

Por ahí reza un dicho que va más o menos así:

“Nadie es monedita de oro para gustarle a todo el mundo”

Y efectivamente, nadie somos monedita de oro. Pero eso no impide que podamos hacer cosas en beneficio de nuestros congéneres humanos, o poner un granito de arena para mejorar al mundo. Los individuos mencionados anteriormente, dentro de su humanidad, con sus fallas, temores, y deseos, realizaron acciones en pos de generar un bien. Podrán haber tenido alguna motivación egoísta para hacerlo, me queda claro, pero eso creo que no le resta mérito a las acciones (y pone la mesa para otro debate). Si estos humanos (en toda la extensión de la palabra), hicieron algo para mejorar al mundo ¿Por qué nosotros no?

P.D.

La pintura al inicio de la entrada es de Hitler. Las personas geniales tienen vicios, así como las despreciables tienen virtudes.

2 comentarios:

  1. Doctor Bojalil, sin duda alguna ha dado en el clavo de lo que es la esencia del ser humano. En verdad, pregunto yo, ¿existe la virtud y el vicio?, ¿no es acaso una sola cara de la luna la que vemos?. Una virtud puede ser igual un vicio depende de a que límite la llevemos y, viceversa, los vicios dejan de serlos bajo otras circunstancias.

    ¿Acaso la organización y planificación de Hitler no podrían ser consideradas dignas de admiración? Sin embargo, eso fue canalizado de una forma tal que generó dolor en la humanidad. La luna completa, la pintura desde el marco hasta el lienzo

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  2. Efectivamente, toda virtud puede ser un vicio y viceversa, todo dependiendo del uso y el enfoque que se le de, además dependiendo del punto de vista del observador.
    Depende de cada quien el cómo usamos nuestros dones.

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