jueves, 15 de agosto de 2013

El Rincón del Reptil Año 1 Vol. 2 - Pobres Hombres Sometidos

 


Año 1 Vol. 2

Bienvenidos una vez más al Rincón del Reptil.  El espacio más cínico de “Da Nathing Box”, donde tratamos temas incómodos con una perspectiva irreverente y francamente descarada.
Hace unos días me encontraba viendo la célebre e infame película de “The Hangover”, una oda a cómo unos cuantos locos descagan una suite en Las Vegas una noche y emprenden una épica aventura para tratar de recuperar al novio enfrentando enemigos como  Mike Tyson en el proceso. 
Me  llama la atención particularmente un personaje de la película que ha sido extirpado verbalmente de sus tanates, el dentista Stu Price.  Este hombrecillo anda con una mujer controladora, se reporta con ella cada 5 minutos, le perdona sus infidelidades, excusa todos sus errores e incluso llega a mentirle para asistir a la despedida de soltero de SU MEJOR AMIGO.  Encima de eso en las Vegas está listo para pedirle MATRIMONIO ante la atónita mirada de sus compadres.
Y es que todos tenemos a ese amigo que sufre el síndrome del látigo.  Aquel que olvidó a sus brothers y mujeres dispuestas y poco exigentes por ir a una sola gasolinera, a recibir su diario suplemento de amor (pussy) con un único dealer, lo cual como sabemos aumenta el valor percibido de dicho bien, así como las exigencias del proveedor aún cuando la gasolina sea de la misma o peor calidad que la que hay en otros mercados.
Si sufres cualquiera de los siguientes síntomas podrías estar en serio peligro: 
- Si estás con tus amigos no dejas de llamarle o enviarle mensajes. 
- Te compromete a eventos sin preguntarte y toma decisiones por ti.
- Te vas de la fiesta cuando ella quiere y ni un segundo después.
- Tus amigos ya ni se molestan en invitarte a los eventos.
- Empiezas a creer que las noches de “vino y queso” con sus amigas son una buena idea.
- Te vuelves de hueva.
¡Cuántos hombres racionales no han caído intentando explicar sus turbulencias y desventuras sin darse cuenta de que están sumergidos en un mar de hormonas que los ciega!  Es aquí cuando se debe confiar en los amigos.  Tus amigos te conocen y te pueden decir si tu nueva relación en realidad rifa para ti.  No digo que sigas los consejos al pie de la letra, pero ellos no están “enamorados” como tu, futuro esclavo, y pueden tener una visión más objetiva de ciertos comportamientos. 
Y es que aquí se comprometen los valores intrínsecos del hombre.  Las cosas que nunca estamos dispuestos a rescindir y que no están sujetas a negociación.  Si en este periodo de enamoramiento comprometes esos valores por tener feliz a tu mujer, haces un daño a ti mismo y a tu pareja.  
Pero no culpemos a los “pussywhipped men”, tanto énfasis en los medios en la “equidad de género” hacen que los hombres olvidemos nuestro rol de protectores dentro de una relación íntima por muy equitativa que esta sea.   Entiendan también que no es que las mujeres estén locas y necesiten tener el control, es simplemente que la pasividad de sus parejas deja un vacío que ellas necesitan suplir a base de órdenes… y es algo que en realidad les incomoda. 
Así que si ven a uno de estos especímenes rumiando tranquilamente por favor denle un zape y recuérdenle dónde se guardan los huevos.  No es en una canasta de día de campo.  Háganle un favor a él y a su mujer.
Los esperamos en el próximo Rincón del Reptil, la vista más cínica de las cosas más mundanas. 

1 comentario:

  1. Doctor!, me parece notable su reflexion, era hora de que alguien llevara a la conciencia tales actos tan evidentes. A diario muchos amigos viven el lamentable secuestro de su voluntad, inclusive tal acto es conocido como el ritual de la caja de cristal.

    El temor y no el amor es lo que impulsa a su pasividad, a subyugarse ante voraz dominio de una personalidad sadica. En otras palabras, delgan su autonomia a la determinacion del otr@.

    Lo cual me recuerda a la sabia y vieja parabola de la rana y el tren.

    Despues de una tormenta, una rana jugaba felizmente entre las vias el tren, se delizaba para uno y otro lado con singular alegria. De pronto, el tren se acerco a tal velocidad que la rana a penas pudo esquivarlo, sin embargo, le rebano las nalgas. Las nalgas, fueron a dar varios metro adelante y la rana, desesperada, fue a buscarlas. En su intento, no se percato que otro tren, en direccion contraria, se aproximaba y le termino volando la cabeza. La rana, perecio...

    La moraleja de la historia es ..nunca pierdas la cabeza por unas nalgas.






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