lunes, 26 de mayo de 2014

Cielo e Infierno: Las puertas de la percepcion

Decia Aldous Huxley, en su libro "Las puertas de la percepción", que el ser humano gastaba mucho más en educacion y tabaco, más que en la educación. La razón principal es que existe un afán de escapar, un ansia de transcender de nosotros mismos, aunque sea solo por breves momentos; es, a final de cuentas, uno de los principales apetitos del alma.


Y es que, sin duda alguna, lo que llamamos realidad es una gran loza para el ser humano.  Debe convivir con sus pasiones , con las de otros seres humanos y, asimismo, con las circunstancias que pueden ser tan dolorosas y provocar una tragedia de la que solo nos escapa la misma muerte.  Para aprender a vivir, hay que saber amar la muerte, pues empieza la trascendencia propia del ser humano.

Lo anterior nos lleva a una refelxión necesaria a algunos de los elementos que hoy en día tenemos para fugarnos de la angustiosa y punitiva realidad. El caso del consumo de alcohol , marihuana o tabaco, es un ejemplo inequívoco de lo que mencionaba Huxley; por supuesto que, las sustancias per sé causan un efecto que altera nuestros sentidos, nos acerlera o inhibe ciertas emociones, causando sesaciones que no podríamos conseguir de otra manera.
 El ser humano, así, de pronto trata de buscar esa dosis de felicidad, ese soma que momentaneamente le abra un mundo de sensaciones.  Lo anterior, no significa que necesitemos, en general, todo el tiempo estar en un estado alterado de conciencia, pues, uno termina habituándose a ese estado y se vuelve parte de nuestra realidad; así, es como surge, con el tiempo, la búsqueda constante de otras fugas de la realidad.

Lo intersante del tema, es que los Estados se han empeñado en el control del ser humano, lo cual, no necesariamente es algo enteramente negativo, pues es necesario como parte del pacto social un Estado que establezca los límites para la convivencia entre los individuos.  Sin embargo, el control ha llegado a tal grado, que se busca una regulación hasta en los sueños de los seres humanos (un claro ejemplo lo tenemos en cómo se impusla hoy en día una regulación para "moderar" la libertad de expresión en las redes sociales).  Un Estado débil siempre tratará de ejercer control coercitivo sobre los individuos, la idea es histerizar a la sociedad para que se controle de forma automática con la sola amenza de la "fuerza" del gobierno.


Ahora bien, respecto al punto de la sustancias, he de decir que deberíamos estar conscientes que éstas no causan un daño como tal. La sustancia simplemente es un objeto, un medio. Por lo que no podemos "atacar" el probla como si éste fuera el fin, en sí. El consumo es una expresión inherente a la búsqueda de diversos caminos que tiene el ser humano para conocer otras realidades de las cuantes no tendría acceso de otra forma.

Esto incluye no solo a sustancias como las drogas, sino también, otro tipo de opiáceos como la mismta televisión. La cual, nos muestra una realidad diferente; por ejemplo, ¿qué son las novelas o los programas de consursos?, vemos personajes irreales o fantásticos y son necesarios , son caminos que también tomamos. Es nuestro soma, definido como aquella píldora que nos devuelve la sonrisa, la inyección de felicidad, aunque sea momentánea, nos distrae.

Cada vez se necesita mayor cantidad, puesto que nos estamos habituando cada quien a su sustancia, a su pídora de la felicidad.  Aunque no vemos a los gobiernos "atacando" o emprendiendo guerra contra las novelas o una guerra contra el alcohol.  Es lo permitido, mantiene el control de nuestros sueños.  Quizá deberíamos empezar por entender la conducta adictiva, más que atacar a la sustancia.

La mayoría de los hombres y mujeres llevan vidas tan penosas en el peor de los casos y tan monótonas, pobres y limitadas en el mejor, que el afán de escapar, el ansia de trascender de sí mismo aunque solo sea por breves momentos es y ha sido siempre uno de los principales apetitos del alma.

MERLEAU-PONTY
 

lunes, 19 de mayo de 2014

Sobre la pasiones humanas

 "Lo que hay de común en el arte y la moral es que, en los dos casos, tenemos creación e invención. No podemos decir a priori lo que hay que hacer. [..] El hombre se hace, no está todo hecho desde el principio, se hace al elegir su moral, y la presión de las circunstancias es tal, que no puede dejar de elegir una.."
JP Sartre
El existencialismo es humano


Interesante reflexión con la que empezamos en este Lunes de Da nathing box. Y es que sin duda alguna, el ser humano esta en constante elección y renuncia; estamos construidos con base en nuestras circunstancias , las cuales, muchas veces son duras (sólo que no hacemos conciencia de ello) y nos llevan a tomar decisiones cuyo origen se encuentra en lo más profundo de nuestro ser: en las pasiones humanas.

La tesis constante de este espacio es que el ser humano se construye. Sin embargo, hoy vamos a hablar de una nueva variable y es que solemos elegir en relación con otros. Elegimos con base en el error y , otras veces, fundados en la verdad.  Esto nos deja solo frente a nuestra decisiones, sujetos a nuestras pasiones.

Lo anterior quiere decir que, aunque muy racionales, nos encontramos en ciertas ocasiones frente al dilema ético de actuar moral o inmoralmente. Y no necesariamente me refiero al sentido puritano de la palabra, sino más bien , al estricto sentido de que afrontamos decisiones que chocan con nuestro código moral y se convierten en actos contrarios a nuestro sistema de creencias. La pregunta que surge aquí es: ¿porqué actuamos contrario a nosotros mismos?

Tomemos el ejemplo de un criminal. Este criminal considera , bajo su sistema de conducta, que sus actos son justificables y por lo tanto justos. Roba y fragmenta el tejido social porque es aceptable para código ético; sin embargo, se contrapone al pacto social.  Aunque, no podemos afirmar que este criminal este siendo un injusto, por el contrario, es congruente ante sí mismo, su mayor juez.

La respuesta podría ir un tanto hacia la tesis expuesta de las pasiones humanas. Los seres mas justos pueden caer sujetos a sus pasiones y cometer las mayores injurias. El hecho de que una persona cometa cierta inmoralidad, ¿lo convierte en inmoral?.  ¿Qué pasa con un juez que predica la virtud y al mismo tiempo se corrompe ante una oferta tentadora? Sin duda, un sistema ético sólido y congruente socialmente hará que una persona indudablemente alinee o, bien, interiorice las normas sociales haciéndolas suyas.
Y ojalá todo fuera tan sencillo como la reflexión del último párrafo. Quisiera ser directo, queridos lectores y lectoras. Al final, no sólo son las circunstancias sino las personas las que también nos hacen empujarnos hacia ciertas formas de actuar; por ejemplo, si discriminamos a alguien por su forma de pensar, si hemos sido corruptos, si hemos engañado o robado. Hay muchas formas sociópatas de actuar, no quiere decir que constantemente infrinjamos pero en algún momento, con alguna persona y bajo alguna circunstancia esta conducta aflora, esta conducta que rompe todo nuestro esquema moral y de pronto nos lleva al vicio, nos aleja de la virtud.

Un ejemplo claro de la ruptura de los códigos internos con los externos son las últimamente tan conocidas Autodefensas; las cuales, cansadas de una situación deplorable, deciden levantarse y crear un cuerpo de defensa que involucró, sin duda alguna, el asesinato de criminales que eran causantes de su pesares. Estoy convencido que a muchos de ellos los motivó la falta de justicia y un revanchismo que los convirtió en un grupo de justicieros, más allá de la debilidad del Estado.  Aquí la pregunta, ¿es válido acabar con la vida de otra persona? ¿no es el Estado el que debió juzgarlos? ¿no debe ser Quién juzgue y obligue a la reparación del daño? ¿no es para eso su existir? .. y entonces, al final, terminan legitimándolos y esa muerte "ajusticiada" se convierte en algo moralmente aceptado. ¿Algo diferente hubiera hecho cualquier otra persona?

El punto aquí que se busca tratar es que las personas , con todo y nuestro sólido código moral, estamos sujetos a caer en el yugo de la pasión humana, de la irracionalidad.  Parte del pacto social es la monogamia y, sin embargo, estamos llenos de bígamos. ¿Rompemos con el pacto social, con los códigos morales?. ¿Bajo que circunstancias o personas estaríamos violando los estatutos básicos no escritos de la exclusividad del amor?. También debemos respetar a la vida y, al mismo tiempo, nos llenamos las manos de sangre con otros seres vivos, ¿moral o inmoralmente correcto?.  ¿Qué podemos decir del incesto o el respeto a las instituciones? Ante los diversos pactos sociales, el ser humano se revela porque no dejamos de ser pasionales: a un Otelo lo consumieron los celos, un Edipo cometió incesto y mató al padre, MacBeth fue consumido por la avaricia, y sin embargo ninguno de estos seres de novela tenía una intención originalmente motivada por el mal. 

No dejamos de ser seres fundamentalmente pasionales, la razón nace después.

MERLEAU-PONTY