lunes, 30 de septiembre de 2013

Sobre La Locura II: El Tónico de Simpson e Hijo

Un especial debate se ha creado a partir de la muy válida postura sobre el sustento científico de la Psicología. Sin bien es cierto que, existen diversas opiniones al respecto, es menester del Psicólogo cuestionar en todo momento cada uno de los métodos, sólo así podrá ir perfeccionando el carácter propio de su ciencia. Por otra parte, lamento informar que este tema va más allá de la mera opinión de un grupo social que considera a esta disciplina como un fraude o, al menos, los métodos terapéuticos que utiliza para desarrollarse en un campo de estudio, el más conocido: clínico; así, deben saber que creer o no en la Psicología, o en lo que es cree que es la Psicología, no la hace más o menos inválida. Lo anterior, sería igual que juzgar a la medicina y a sus médicos "charlatanes" por todas las veces que nos ha fallado.


En la anterior entrada, cuestioné este conjunto de convenios sociales y discursos que el ser humano crea para sustentar su delirio social, mejor dicho, el pacto social. Resalté el hecho de que se crean estructuras definidas en las que el hombre es educado para vivir, bajo conceptos y normas que determinan el deber ser de su existencia.  Así pues, la locura no radica en una definición escrita, sino en un convenio social. ¿Qué es la locura?, pregunté. Aún esa respuesta está por sugerirse en una posterior entrada, sin embargo, puedo adelantar que el hecho de millones de personas compartamos los mismos vicios no significa que esos vicios se convierten en virtudes. 

Uno de nuestros múltiples convenios sociales, es la ciencia. Quizá puede sorprenderles a muchos, puesto que aparentemente la ciencia estudia fenómenos observables de manera objetiva. La pregunta es, ¿qué nos garantiza la objetividad del mundo en que vivimos?. La objetividad, estimados lectores, significa algo que es común a muchos espíritus (personas), es decir, no es objetivo nada más que lo idéntico para todos. Así, la ciencia se vuelve una clasificación, un modo de relacionar hechos que no necesariamente serán confirmados el día de mañana. 

Ha sido mencionado, que el principio científico de la Psicología basa sus conclusiones en introyectos de investigador y, por lo tanto, su objetividad queda en tela de juicio. Lo anterior, sucede justamente en las reconocidas y prestigiadas ciencias exactas, ¿acaso son perfectos los instrumentos de medición que utiliza?, supongamos que todos los objetos se deformaran de acuerdo a cierta ley y, al mismo tiempo, nuestros instrumentos de medición sufrieran el mismo efecto bajo la misma ley, ¿seríamos capaces de advertir tales cambios?

No podríamos darnos cuenta dado que nuestro cuerpo es el primer instrumento de medida, por lo que tanto la objetividad de la ciencia como sus instrumentos de medición resultan "subjetivos", precisamente eso hace la ciencia; es, por ende, evidente que ninguna ciencia es objetiva.  Bajo este precepto, tal vez no debería existir ni la psicología ni ninguna ciencia (resulta entonces fácil concluir que es una charlatanería de un grupo de geeks en bata encerrados en laboratorio que tratan de engañarnos con sus "mediciones"). 

Ahora bien, la Psicología como cualquier otra ciencia, realiza las conjeturas de acuerdo a lo observado y concluye; sin embargo, en todo el conocimiento científico los hechos solo pueden ser probables. La probabilidad de un suceso no puede estar sujeta a puntos de vista diferentes, es por esto que se generaliza. Y, nuevamente lamento informarles, que quien busca certeza en la ciencia, está buscando encontrar la piedra filosofal o el vellocino de oro (es probable que lo pueda encontrar en alguna fábula griega). También es lamentable que, algunos colegas, se empeñen en encontrar estos elementos bajo el cobijo de las teorías conductistas (por ejemplo, en Pavlov) o en la psicología experimental.

Para aquellos que mantienen su duda metódica respecto a este tema, he de decirles que hasta la celestial y divina probabilidad se engendra de la combinación de dos causas: la verdadera ley del fenómeno y los errores de observación. Nuevamente, le estaríamos otorgando superpoderes a las ciencias "exactas" si no calculáramos estos factores, los casos discordantes caen en la conocida ley de Gauss, representada por una "curva en campana". 



Con base en lo anterior, podríamos concluir que de nada es ciencia o todo es ciencia. Contestando a Sheldon Cooper (quien sabemos que no es un personaje real), un buen investigador tendría que obtener sus conclusiones de acuerdo a lo observado, puesto que las ciencias estudian los fenómenos de la naturaleza observables. Karl Popper (quien si existió),  erigió su filosofía bajo el criterio de la demarcación para separar la pseudociencia de la verdadera ciencia 

Este criterio quiere decir que la ciencia es capaz de probar que es falsa. Quien no pasó este riguroso examen fue el psicoanálisis, al igual que la astrología y la física cuántica, quienes eran capaces de explicar todo por medio de sus postulados pero se encuentran imposibilitados de permitir que se pruebe que el hecho esta equivocado.

A diferencia de lo que mucha gente cree, el psicoanlálisis no es una rama de la psicología o la psicología en sí, dado a la intangibilidad de su objeto de estudio (los fenómenos de lo inconsciente, los cuales no son observables) por lo que debatir si las corrientes de Jung, Freud o Lacan se contraponen o son "grupos políticos" resultaría ocioso. En otras palabras, si estamos cuestionando a la psicología como ciencia, el psicoanlálisis no sería objeto de revisión, sin embargo, queda abierta la puerta a debatir el rol de esta corriente de pensamiento y su influencia en la Psicología.

Respecto al método de estudio, existen diversas aproximaciones para explicar los fenómenos psicológicos y causa un gran pesar en mi nuevamente derrumbar el mito de que el método hace ciencia. Los psíquicos pueden llevar rigurosamente y bajo altos parámetros sus investigaciones, replicando una y otra vez estudios, denunciando fraudes y ayudándose de la estadística.  El tema aquí es que, como explicamos anteriormente, el objeto de estudio es lo observable y, por tanto, no es natural.  La mente, estimado lector, no es el objeto de estudio de la Psicología, al menos no bajo el concepto de un ente indefinido que provoca nuestras conducta y emociones.

Por otra parte, la ciencia física nos explica como funciona la naturaleza impersonal, aunque ésta pueda dañar o perjudicar a la humanidad, no se sentará junto a nadie para decir si ético construir artefactos o armas químicas . La ciencia de la conducta humana, pretende revelar las fuentes de la acción humana, no establecer un conjunto de códigos morales o éticos, la psicología, no es un deber ser.  Así, sería en vano preguntarse si la psicología es moral o no, porque entonces tendríamos que cuestionarnos el aparato científico en su conjunto, es decir, todas las ciencias. 





Lo anterior, nos lleva inevitablemente al punto de la enfermedad mental. Como he sostenido, la locura es un convenio social, al igual que la ciencia. Sin embargo, cae en un error quien sugiere que los trastornos mentales son un uso exclusivo del Psicólogo. En primer lugar, la carga moral del término es de carácter social y no psicológico; por otra parte, neurólogos, psiquiatras, biólogos y médicos también acuerdan la definición de los trastornos mentales, en tanto sus disciplinas entren en juego. Así, al igual del hecho innegable que hay feto anormal, hay una conducta anormal, ¿qué es lo normal?, es el promedio, lo regular. Por lo tanto, si encontramos una persona que presenta alucinaciones constantemente, podríamos concluir que su conducta es anormal, puesto que la gran mayoría de la población no las presenta. A mi entender esto no es un juicio moral. 

Uno de los argumentos más endebles que he escuchado, ha sido la crítica a una parte de la psicología como ciencia, a saber, la clínica. Es importante establecer que, la práctica clínica, es parte de la psicología y por lo tanto es ciencia, la gran confusión radica en que cualquier terapia se entiende como Psicología Clínica.  Tanto la práctica como los objetos de medición deben pasar por proceso de estandarización y validación tan rigurosos como los de cualquier superciencia "exacta" (tristemente tendremos que dejar fuera de la psicología clínica a los test del Eres, al HTP o Desiderativo de la Personalidad). Trastornos de la alimentación, conductas compulsivas o el abuso de sustancias como el alcohol son ejemplos del abordaje en este campo de estudio; por otra parte, la influencia de los astros, regresiones, hipnotismo o el inconsciente no son consideradas el parte de la Psicología Clínica.

Finalmente, es innegable que la Psicología se encuentra bajo la imposibilidad de dar explicación a todos y cada uno de los fenómenos en el campo de la conducta, así como tampoco nos podemos explicar aún el origen del universo, porque caeríamos en un típico error de atribución al delegar la responsabilidad al físico que explique todos los fenómenos de la naturaleza. ¿Cuál es, entonces, la certeza de la Psicología?, la misma que tienen las demás ciencias puesto que trata de replicar la realidad aproximada en un modelo convenido por el mundo científico.  


Merleau-Ponty



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