lunes, 17 de febrero de 2014

El fin de los Sesentas o el Síndrome de Peter Pan

Nuevamente, queridos lectores y lectoras, escribiéndoles en lo que se ha vuelto un clásico lunes Da nathing box. El tema de hoy, me gustaría tratar con ustedes sobre esta crisis de época que vive el ser humano a lo largo de su desarrollo.  Es por esto, que he llamado a esta reseña El Fin de los Sesentas o El Síndrome de Peter Pan; puesto que indudablemente las crisis de edad son parte de la vida del ser humano y conlleva una innegable resistencia a ser más viejos.

Y esto no solo sucede en los 30's o en los 40's, también cuando uno cambia de la niñez a la adolescencia, por ejemplo. Esta etapa caracterizada por un duelo de la infancia es definitiva en la vida del ser humano, puesto que es la primera gran transición. Esto quiere decir, que la forma en que lo afrontemos nos servirá para afrontar posteriores etapas del desarrollo; es decir, para saber cuando terminaron los 60's. Lo anterior, no quiere decir que tu espíritu se muera o, con el fin de la etapa se acaben los sueños, simplemente que ahora , como en todo, tendrás que enfrentar otro momento de tu vida. El gran ejemplo es que si tu pasión ha sido coleccionar, no necesitas renunciar a eso, pero si es totalmente atemporal que a los 40 años continúes ciclado en plena adolescencia. 


Una de las grandes batallas que hay que librar es el hecho de que te vuelves "demasiado viejo" para ciertas cosas. Implica renunciar y, al mismo tiempo, un duelo por el joven-yo. Te confrontas a ti mismo, inclusive la resistencia típica de la negación de la edad. Es totalmente comprensible esta fase, tendemos a luchar contra el cambio puesto que genera un caos en nuestro sistema, hasta que logramos adaptarnos a él. 

Los años sesentas, típicamente es conocida como la época del desenfrene, paz, amor, marihuana, la vida hippie, la contracultura y rebelión, la lucha contra el sistema. Es cuando todo se valía y la frase de "no confíes en alguien mayor de 30 años" era como un estandarte. Creo que esto podemos traspolarlo a las diferentes etapas de nuestra vida, porque siempre somos jóvenes y nunca demasiado viejos.



MERLEAU-PONTY

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