lunes, 14 de julio de 2014

El ocaso de los ídolos

¿Es el hombre tan sólo un error de Dios? o ¿Dios es un error del hombre?.. y es que a lo largo de la historia, el ser humano se ha empeñado en crear a estos ídolos o dioses míticos que dan origen y sentido a la existencia humana.  Entre más pasa el tiempo, son mayores sus atribuciones, crece su poder y toman fuerza en las sociedades; sin embargo, al mismo tiempo, esa fuerza se alimenta por aquellos sacerdotes que no paran de enriquecer al mito, quizá, hacerlo más grande de lo que fue, pues los testigos tendrán poca memoria, recordarán lo que les dicen que recuerden y los que nunca los vieron, viven del mito, escuchan esas narraciones extraordinarias de los sacerdotes.


Lo anterior, muy apropósito de como terminó el reciente mundial de fútbol. Gran parte de nosotros se consternó al ver la forma en que una "despiadada" Alemania, aplastaba a un frágil Brasil. Nada que ver con lo que la historia de este equipo , en el deporte en general, se merece. Lo que se consideraba como un referente en la historia de este deporte, en cómo disfrutar cabalmente aún en los momentos de presión, se terminó. Simplemente no quedó nada de esta historia y junto con las esperanzas de un pueblo enteró, fueron enterrados los ídolos y su historia: Pelé, Garrincha, Zico, Ronaldo, Romario...quedarón enterrados. Ahí es que justo nace el gran problema, vincular la historia del deporte con la historia de la nación, jugar en cada pelota, la patria.  La gran tragedia Brasileña se gestó desde que decidieron realizar una copa del mundo como plataforma política , como gran escaparte al mundo.

El día de hoy, no queda más recoger las cenizas de este pueblo, nunca estuvieron con posibilidades reales de sostener esta gran mentira, Brasil no es más que un espectador más y, aunque hubieran ganado la copa este país seguiría tan endeudado con su sociedad como siempre, ahora, una deuda más a todo lo social: el fútbol. 

Quizá para el pueblo Argentino, no existirá una explicación o un consuelo de lo que pasó en la final contra los Alemanes. Messi estaba en la vista de todos para consagrarse como la figura que todos esperan, un Maradona (considerado un dios) estaba por brillar y, sin embargo, no pasó nada. El ídolo fue impuesto por esos sacerdotes ávidos de adeptos, cuya necesidad de crear una figura mediática ha sobrepasado al ser humano. Es aquí cuando me refiero a todos esos sacerdotes que evidentemente viven del enaltecimiento exagerado de los ídolos del fútbol.


Y el ocaso se dio justamente con un equipo de fútbol completo de grandes deportistas pero que no dejan de ser un equipo. Volviéndose un ejemplo de que el todo siempre será más que la suma de las partes, un equipo unido es capaz de vencer a cualquier rival en los momentos importantes, mientras que figuras reconocidas sólo serán capaces de vencer gracias a esfuerzos individuales en competencias irrelevantes.

La lección que nos dejan estos simbolismos del deporte, sin duda un reflejo social, es que los grandes ídolos no nacen, se hacen o, mejor dicho, se construyen. Existen grandes deportistas admirados por todos, pero lo que los convierte en ídolos son esas plataformas expuestas por sus sacerdotes;a saber, periodistas , cronistas e instituciones (FIFA).  La caída de estos grandes ídolos se dio cuando no dependió de una gran figura mediática el dominio o la coronación de un equipo de fútbol, fue un trabajo colectivo y que no se gestó 6 meses atrás lleno de improvisaciones.

Lo anterior, me regresa a la pregunta que dio inicio a este blog.. ¿Es el hombre tan sólo un error de Dios? o ¿Dios es un error del hombre?..



MERLEAU-PONTY

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