lunes, 17 de marzo de 2014

La improvisación

Estimados lectores y lectoras,
Este lunes, propongo sostener esta breve tertulia con un tema que me pareció interesante abordar a raíz de las experiencias propias y, también, ajenas de la vida. Y es que el arte de la improvisación es una de las actividades más complicadas de llevar a cabo puesto que, esencialmente, no debe ser evidente al ojo común; es decir, no debe parecer no-planeado.


En lo no-planeado, sin duda alguna, radican las más dulces y amargas aventuras del ser humano. Simplemente, no espera todo un mundo por descubrir, no existe nada dictaminado y todo se reduce la no expectativa de las cosas, solemos expresarlo como el fluir de un río.  Esta idea romántica genera usualmente un correr de adrenalina en los individuos y nos volvemos de alguna manera unos símiles de Indiana Jones, exploradores dispuestos a enfrentar "lo que venga". 

Sin embargo, mis queridos y queridas lectoras, he de decirles que una de las premisas de esta espontaneidad hacia la vida es, por increíble que pueda parecer, precisamente el estar preparado para ello. Es decir, para que algo no-planeado surja como elemento en el camino de cualquier persona, es necesario que dicha persona espere lo inesperado.  Aparentemente es una contradicción  al nivel más básico de la filosofía y de la lógica elemental. 

Lo anterior, no quiere decir que algo no-planeado carezca del elemento sorpresa, por el contrario, ése elemento es lo que hace diferencia de lo que esperamos, puesto que técnicamente lo inesperado es básicamente el resultado de ese grado de probabilidad (o espera) y lo que ,de hecho, sucede (como de facto). Un claro ejemplo, es ese viaje que no planeas y de pronto piensas en el hospedaje o en las actividades que vas a  hacer.  En este caso, en realidad estas dispuesto o dispuesta a correr el riesgo que implica no encontrar hotel o simplemente conocer solo algunos cuantos lugares de aquel lugar que decidiste en una tarde ir a visitar.  La variante es que, suponiendo, si viajas en coche entonces seas remolcado o, mientras duermes, algunos ladrones se lleven los tapones de las llantas.

Siempre existirán sorpresas, te apegues o no a un plan determinado, lo que hace emocionante es que cuando actuamos espontáneamente todo resulta una aventura. Soy un convencido de que en esta vida que fluya la adrenalina es fundamental para abrir tus sentidos a nuevas experiencias; el orden generalmente nos lleva a cerrar los caminos y sólo transitar por el que consideramos , sino seguro, el conocido. Los nuevos caminos, por otra parte, si bien están llenos de riesgos, pueden también tener o no satisfacciones inesperadas y son éstos últimos, los que generalmente traen este color de experiencia a nuestras vidas, inclusive aunque la experiencia no sea del todo positiva. 

Retomando el ejemplo de ese viaje improvisado en donde una grúa se pudo haber llevado tu coche, es muy probable que para la siguiente experiencia, decidas retomar lo "tradicional" y asegurar tu hospedaje o meter el carro en un estacionamiento o cualquier otro camino seguro. Sin embargo, fue la experiencia de lo nuevo lo que te hace tomar ese nuevo andar o, bien, regresar a las antiguas formas.  Es por esto que es tan importante salirse del guión de vez en cuando, quizá lo retomemos, pero el permanecer en una misma historia no hace perder las posibilidades alternas.  Al mismo tiempo, les digo, que para poder salirse del guión hay que tener la virtud de esperar lo inesperado, de actuar bajo condiciones nuevas y adaptarse a los cambios no-planeados.


MERLEAU-PONTY

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