lunes, 28 de abril de 2014

La dinámica de las relaciones

 "El ser humano debe percibir que nada permanece, sino que todo está siempre convirtiéndose y cambiando...debe contemplar a todas las cosas como evolución de otras, en una continua acción y reacción,flujo y reflujo.."                                           
                                                                                                               Fragmento del libro la Kábala.

El tema de las relaciones humanas, de entrada, es harto complejo puesto que cada cabeza esta construida de experiencias únicas que van construyendo al ser humano a lo largo de su vida. Ahora bien, súmenle la conjunción con otro ser humano y encontraremos una entremezcla de pasión al máximo de las capacidades. Una pareja, no suele expresar emociones regulares que podría demostrar en cualquier otro contexto, por el contrario, una pareja lleva al límite de la misma razón cada una de sus demandas, algunas veces voraces, otras complementarias, sádicas, masoquistas, paternalista, maternalista, clientelar y podría seguir.

La relación de pareja, a diferencia de otras relaciones, tiene este tinte inequívoco de posesión. Así es queridos lectores, lo anterior radica en que muchas veces termina siendo la expresión y el canal en donde llenamos las expectativas Ausentes. Es decir, llevamos nuestro pasado a nuestro presente para que éste último se encargue de resolverlo.  Menudo problema para la pareja, ¿no creen?.

En muchas ocasiones, he escuchado que la pareja es capaz de sacar lo mejor de nosotros, la gran pregunta es si realmente eso que le damos a nuestra pareja es "lo mejor de nosotros". He aquí el meollo del asunto, ¿cuál es entonces la dinámica de las relaciones?.  Quizá, queridos lectores y lectoras, pudiera afirmar que suele ser un poco como la dialética del amo y el esclavo; a saber, este cuento en que dos seres se encuentran en constante lucha para esclavizar uno a otro: 

"Impongo mi deseo al de este y lo obligo a reconocerme en mi superioridad y a reconocer mi derecho a la cosa. . El hombre no desea una cosa de modo inmediato, La desea porque otro la desea y la desea para imponerse a este otro y hacerse reconocer por él".  

Esto nos conduce, indudablemente, a un segundo punto en nuestra tesis sobre las relaciones de pareja. Ésta se vuelve el lugar en donde convive nuestra Falta y nuestro Deseo, de la mano uno sin el otro no existe. Estas fuerzas conviven dentro de nosotros todo el tiempo, es parte de ser humano y, sin embargo, al relacionarnos estamos proyectándolos hacia un "objeto", si me permiten el término, cuya presencia (temporal o permanente) va a convertirse la fuente de satisfacción o insatisfacción, generalmente, por condición humana, de insatisfacción.  

Retomando la dinámica del amo y del esclavo, las demandas de la pareja no suelen catalogarse realmente como una necesidad puntual dentro de los términos de la lógica. En grandes ocasiones, no es más que la lucha por ser reconocido. ¿Qué es ese reconocimiento? Es el reconocimiento al deseo, muchas discusiones de pareja terminan cuando esta lucha del hambre de reconocimiento y el miedo se enfrascan en una batalla sin cuartel en donde gana el mensaje de reconocer esa falta a satisfacer.  Ambos contrincantes responden a una necesidad inequívoca de someter; el deseo, queridos lectores, no es más que la expresión propia del deseo, no queda otra opción más que ser reconocido y someter.

Así, cuando uno se impone sobre otro, el ser humano ratifica su condición: Amo o Esclavo. Es probable que el término parezca un tanto cuanto directo e injusto (dirían algunos) porque existen relaciones de pareja que son bastante asertivas. Aunque, he de decirles, que la naturaleza propia del ser humano tiende a refrendar la voluntad de poder. En otras palabras, la negociación es el último intento de cada relación por controlar los deseos más neuróticos y balancear la innegable dinámica de Amo-Esclavo.

Y es que al final el Deseo vence al Miedo. ¿Qué es el miedo? El miedo es cognición cuyos fundamentos pueden ser racionales o no, el miedo tiene un componente de deseo: el temor a que mi fantasía destructora se cumpla (se vuelve contra mí).  Es cuando el Deseo somete al Miedo, entonces. Una de las partes "juega" con esto y se erige como Amo, la otra, Esclava se somete. Lo anterior, lleva al Esclavo a ser el intermediario entre el Amo y su Deseo, el esclavo lo transforma y lo adapta para su amo, tiene acceso a él; por otro lado, el Amo se vuelve sujeto del reconocimiento del Otro: le Amo es amo en tanto el Esclavo lo reconozca.

Pero de pronto, el Esclavo puede revelarse contra el Amo, al poder transformar ese deseo del Otro que tiene tangiblemente, puede entonces transformar su condición. Lastimosamente, queridos lectores, el Amo no puede ser otro más que Amo, esta lucha solo terminará cuando uno de los dos perezca y, por lo tanto, los dos.

"Sólo cuando uno ha llegado a conocer bien la esencia de sí mismo, es capaz de comprender a los demás" (Saint-Exupéry, 1971)

MERLEU-PONTY



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