lunes, 9 de diciembre de 2013

..y es el ciclo sin fin

Queridos lectores y lectoras, el día de hoy me gustaría acercarme a ustedes para compartir un poco de las reflexiones que han rondando en estos días  mi mente. Y es precisamente que el ciclo o, mejor dicho, el tiempo cíclico lo que influye en gran parte de nuestra historia como seres humanos.

El tiempo cíclico no es más que nuestra noción de tiempo, es decir, desde cuando tenemos algún recuerdo que asociamos en algún punto de la línea del tiempo. La cuestión cíclica es interesante, debido a que tendemos a establecer periodos de tiempo, etapas , fases en nuestro desarrollo y gran parte de ellas están basadas en emociones y en un conjunto de recuerdos que crean la etapa como tal.

El tema de que sea cíclico nos refiere a que esta etapa tendrá su principio y , con ello ,su inevitable fin. El fin, es un hecho que debe ser asimilado. Considero que un ciclo como tal es una cuestión que se va formado de significados, por ejemplo, la primera clase en la escuela, en donde te juntabas con tus amigos a jugar o platicar. Toda vez que ha formado una "rutina", se va adquiriendo un sentido en la vida histórica de cada uno de nosotros, hasta formar los recuerdos llenos de emoción.  Sin embargo, ya sea por decisión propia o del mismo tiempo, llega el momento de terminar el ciclo.

Sin duda, una de las cuestiones más difíciles, es saber dar por terminado un ciclo. Ya sea con la pareja, los amigos, la escuela o el trabajo (entre otros). Una tendencia evidente es la complejidad para dar por cerrado un ciclo y naturalmente tratamos de dejar rastros del pasado en nuestro siguiente ciclo; es decir, los eventos positivos y negativos los arrastramos infinitamente hasta lograr poder asimilarlos; lo que en otras palabras, los compañeros psicoanalistas llaman compulsión a la repetición. 

Uno de los hechos más difíciles de afrontar es el cómo terminar un ciclo. Personalmente, estoy convencido que terminar un ciclo no sólo involucra identificar el momento oportuno, sino saber elaborar efectivamente el duelo correspondiente, puesto que es una etapa (sea constructiva o destructiva) en la que estamos involucrados y parte de nosotros también debe cerrar.  Otro de los aspectos más impactantes es cuando la etapa se cierra bruscamente, este cataclismo significa que no sólo tendríamos que afrontar que estamos ante el consumado final, sino que también es momento de construir una nueva etapa, bajo una transición no natural.

Así pues, vamos dejando rastros del pasado en cada una de nuestras etapas del futuro, en ese intento de recrear el ciclo pasado se ocasiona una grieta en el presente, lo abandonamos y nos movemos a lo eterno, al ciclo sin fin. ¿Cuántas veces no hemos arrastrado estas huellas través del tiempo, regresando una y otra vez al mismo punto?, con diferentes personas y situaciones pero tratando de revivir el pasado.

Como comenté al inicio de esta entrada, los ciclos están relacionados con el tiempo. Éste es el factor que mueve toda esta cuestión. El mismo tiempo se encarga de poner fin o principio y somos nosotros los encargados de generar el orden y el caos.

No considero que necesariamente sea un tema lineal, es decir, que los ciclos sean como cadenas, una tras de otra. Pueden moverse de forma independiente, pues nuestra historia no es lineal ni ordenada, no va necesariamente del pasado al futuro sino de lo cíclico a lo eterno.

El final es solo el principio

MERLEAU-PONTY










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