Estimados lectores y lectoras, el día de hoy me
decidí hablar de un tema que ronda y retumba constantemente en la sociedad:
el miedo. Partiendo del hecho de que
puede tener base real y psicológica, el miedo es una constante en la vida del
ser humano, pues carcome su voluntad.
Esa voluntad de hacer o no hacer es influencia en distintos momentos por
el miedo; así, el miedo podría surgir como consecuencia de un temor fundado
pero prolongarse en la vida psicológica del ser humano.
Así, me gustaría rescatar lo que mis grandes
colegas han escrito en anteriores posts. Por ejemplo, han hablado sobre el no
renunciar a tus sueños o tomar las
oportunidades (shots) como vienen. Temas
que me resultan muy interesantes y evidentes para lograr conquistar tus metas. La propuesta, me parece lógica y bastante
sensata.
Los seres humanos estamos acostumbrados a tomar
y medir riesgos, lo hacemos en todo momento con la toma de decisiones, pero
existe un punto en el que decidimos no ir más allá de ese riesgo controlado.
Sin duda, la limitante es nuestra, pero ésta es basada en un conjunto de creencias sobre el porqué
tomar o no un riesgo determinado. Como mencione en algún otro momento, el tomar
una decisión generalmente implica basarse en la esperanza que funcione, no
tenemos un hecho concreto que nos garantice que va a funcionar algo. Podemos tratar de predecir, pero como en todo,
hay cierto grado de error.
El miedo, nos ayuda a calcular ese error, en otras
palabras, es el freno o la voz que nos detiene a realizar algo que nos parece inalcanzable. Así como la irreverencia nos impulsa a
cometer esos actos de locura, el miedo
trata de evitar que los hagamos.
Las historias de éxito nos pueden motivar a
buscar alcanzar nuestros sueños, pero, ¿qué garantiza que nosotros seamos otra
historia de éxito?, ¿qué falla cuando fallamos, el juego o el jugador?. La
respuesta es un tanto cuanto simple, el juego es el mismo para todos pero hay
quien brilla porque utilizo ese miedo a su favor, es decir, la cautela y la irreverencia supieron combinarse. En la
vida, la toma de decisiones termina definiéndonos, puesto que las decisiones
expresas reflejan nuestros vicios y virtudes.
La gran pregunta que quiero postrarles aquí,
queridos lectores y lectoras, es ¿cuál es tu mayor miedo?. Al mismo tiempo,
vale la pena preguntarse, ¿por qué nos saboteamos al mismo tiempo que sorteamos
los más grandes desafíos? , ¿El miedo nos impulsa o nos detiene?. Quizá el miedo, como diría Mrianne
Williamson, no es nuestra obscuridad, sino nuestra propia luz.
Our deepest fear is not that we are inadequate. Our deepest fear is that we
are powerful beyond measure. It is our light, not our darkness that most
frightens us. We ask ourselves, Who am I to be brilliant, gorgeous, talented,
and fabulous? Actually, who are you not to be? You are a child of God.
Your playing small does not serve the world. There is nothing enlightened about
shrinking so that other people will not feel insecure around you. We are all
meant to shine, as children do. We were born to make manifest the glory of God
that is within us. It is not just in some of us; it is in everyone and as we
let our own light shine, we unconsciously give others permission to do the
same. As we are liberated from our own fear, our presence automatically
liberates others.
Marianne Williamson
MERLEAU- PONTY
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