La guerrera de ébano caminaba actuando como
ellos. Después de todo, no había un
lugar más seguro para esconderse que en medio de una horda de zombis
hambrientos. Cada paso que daba Michonne
lo hacía premeditadamente, arrastrando las piernas, con la mirada perdida en el
horizonte y sin emitir ningún sonido. Por
un momento podrías haber jurado que se trataba de uno de los infectados.
De repente, mientras caminaba, pudo ver a
alguien muy parecida a ella. Alguien que
se había vuelto uno de los caminantes.
Sus facciones eran muy parecidas, su peinado casi idéntico. No pudo tolerarlo más. Un centenar de emociones comenzaron a brotar
desde su interior… como si de repente una bestia interna se hubiera
liberado.
Desenvainó su katana y empezó a cortar a
diestra y siniestra hasta que los cuerpos de todos los zombis cayeron a tierra
con las cabezas cercenadas. La pena la
invadió y soltó un grito casi animal a los cuatro vientos.
Al ver a Michonne peleando de esa manera no
pude evitar comparar sus emociones con el mundo en el que vivimos. Es difícil no sentir la misma desesperación
que ella. ¿Acaso todas estas historias
de muertos vivientes tratan de lo mismo?
Los zombis son máquinas asesinas que no
piensan, que solo siguen un orden programado e intentan comer a toda costa, aún
si pierden su integridad física en el proceso.
Eso es lo que los hace terroríficos.
Su tenacidad para llevar a cabo su programación a costa de lo que sea. De intentar siempre transformar a otros para
que sean iguales a ellos. De seguir
multiplicando el virus.
¿Qué tan distinto es a lo que vemos en el mundo? ¿Acaso no nos hemos deshumanizado a ese
nivel?
Cuando estás trabajando como un maniático,
esclavizándote durante horas para recibir una palmada en la cabeza y perdiendo
tu dignidad y principios por mantener una “chamba” que te permita comer… ¿No te
comportas igual?
Si estás
haciendo algo que te gusta y te apasiona es una cosa muy distinta. No es un llamado a la holgazanería ni una
queja contra el status quo (debo admitir que soy muy débil para cambiarlo solo)…
sino una alerta para que al menos razones lo que haces con tu tiempo.
¿Estás utilizando tus actividades para
comer? ¿Subsistir a costa de lo que
sea? O… ¿Podría ser que acaso eres mucho
más parecido a los sobrevivientes? Que
estás dispuesto a luchar por algo que de verdad te importa…
Haz lo que debiste haber hecho desde que te
pusieron en la tierra. Explota esos
talentos… ¡Tenemos tan poco tiempo! ¿Cómo puedes pensar en desperdiciar tu
tiempo inútilmente, haciendo cosas que no te mueven en lo más mínimo? ¡Eso no es una forma de vida… es una forma de
MUERTE!
Antes de que sigas
con tus actividades, reflexiona eso.
Los espero el próximo jueves en el Rincón del
Reptil, el espacio más cínico de Da Nathing Box
No hay comentarios:
Publicar un comentario